¿Dueño o Heredero? ¿Será que es lo mismo?
En Paraguay, en el año 2023, existen
alrededor de 700.000 empresas familiares que corresponden al 85% de las
empresas del país. Generando cerca del 70% de la mano de obra que existe en
todo el territorio nacional, podemos decir que es importante entender cómo
funcionan estas organizaciones en nuestra cultura paraguaya.
Hemos sido criados como
dueños y no como herederos. Es muy interesante analizar cómo la cultura influye
en esta perspectiva de las empresas familiares. En nuestra tierra ha primado la
cultura del liderazgo vertical. Desde los guaraníes con el Cacique, luego en la
colonia con los gobernadores españoles y casi hasta hace unos pocos años con los
gobiernos militares. Podría decir que desde
esa perspectiva hemos
tenido una visión casi monárquica y de fuertes lazos familiares. Esto hace que la visión “eres mi hijo” y todo es «nuestro» tenga mucho
arraigo y lógica en nuestra historia paraguaya, no solo en la autóctona,
también tenemos gran influencia árabe, judía, menonita, alemana, entre otras
culturas como la italiana, que tienen una fuerte identificación con la familia.
Es muy probable que eso haya hecho que estas inmigraciones hayan
calzado bien con la cultura paraguaya.
¿Hasta qué punto puede resistir a la verdad esta idea? Sería bueno analizar ¿qué es una empresa hoy en el 2023?
Cabe aclarar que este análisis va
desde un negocio familiar pequeño hasta una gran empresa. Una razón social
tiene dueños o accionistas, depende de la figura jurídica y por ende tiene como
objetivo generar utilidades netas, que al final, luego de los impuestos, se
convierten en dividendos a distribuir. Estas ganancias, no siempre están reflejadas
en dividendos o liquidez a ser retirada, también la compañía va comprando y
adquiriendo activos que se convierten en patrimonios que son depreciados de las
ganancias. Todo esto es propiedad de los accionistas, que normalmente son parte
de lo que se llama “gobierno corporativo”, que está compuesto por varias áreas,
como la asamblea o consejo de accionistas. Luego vienen otras áreas que son el
directorio, encargado de la estrategia, donde no necesariamente los que la
componen son los accionistas, por debajo está la gestión que es lo que
conocemos como gerencia.
Partiendo de estos roles, ¿en qué
lugar del gobierno corporativo vendría a ser parte el rol como heredero? Hay
solo dos o tres formas principales para obtener beneficios económicos en una
empresa; siendo accionista y si esta produce dividendos (y los reparte), siendo
colaborador y teniendo un rol que es remunerado, siendo prestador de servicio,
consultoría o proveyendo alguna mercadería.
Partiendo de estos datos, el
heredero, ¿es realmente dueño en términos objetivos? Dejando a un lado la
tradición y la subjetividad de nuestras expectativas o las de la sociedad.
No pretendo poner en tela de juicio
las intenciones de ninguna de las partes, mi objetivo es contrastar con la
verdad, basándome en experiencias observadas en otras personas y también
vividas en primera persona.
En términos objetivos, el heredero no es dueño en un
presente y podría no serlo nunca, puesto que el futuro está sujeto a múltiples
variaciones y la empresa
puede dejar de existir al momento que el heredero, en ese futuro, se debiera
convertir en accionista activo o dueño.
En esta etapa del análisis, creo
conveniente volver a utilizar los datos y las estadísticas. Hablar del futuro
siempre es incierto, decía un profesor mío: “Hacer futurología siempre es
arriesgado, si vamos a hacerlo, que sea con datos, con estos, es un poco menos
grave”.
De cada 10
empresas, 9 son familiares.
De cada 10
empresas, 7 no sobreviven a la segunda generación.
De cada 10
empresas que sobreviven a la segunda generación, 2 desaparecen en el paso a la
tercera.
Solo el 3%
llego a la cuarta generación y trasciende en el tiempo.
Estos son datos a nivel mundial, a nivel regional y a nivel
nacional, los datos son aún más extremos. Dicho esto, y puesto a prueba con la
lupa, me surge una pregunta:
¿Qué camino podrían tomar los herederos?
Sin duda, entender la vocación propia y si coincide con los planes
de la empresa familiar. Tener muy clara la visión de los próximos años,
planteando las siguientes preguntas, ¿quieren los actuales accionistas
continuar con la empresa familiar? ¿No quieren venderla? ¿Estoy interesado en transformar
la empresa a la nueva etapa?
Con base a estas respuestas, hacer mi
plan de carrera y una vez analizado, prepararme de la mejor manera entendiendo
las tres formas de lograr beneficios económicos en la empresa, que menciono en
líneas más arriba. De lo contrario, los beneficios económicos llegarán al
heredero, si llegan, solo una vez que la herencia sea efectuada, (esto en la
situación ideal de que la empresa perdure) y podría suceder cuando esté el
heredero ya en edad adulta muy avanzada.
Tener la capacidad para ejercer los
roles en la gestión y, con más razón, en el directorio estratégico, es
fundamental. Requiere estudios y capacitación constante, mucho trabajo de
campo, puesto que, si no quiero ser un problema para la empresa, debo tener muy
buenas condiciones profesionales y mérito para ser remunerado de manera
sustanciosa en la empresa a la que sirvo, o de la que alguna vez, quizá seré
dueño.
¿Cómo ve la empresa y los colaboradores al heredero?
Nuestra sociedad los ve como dueños, de manera
genuina, cuando nos referimos a un miembro de una familia empresarial, estamos
convencidos de que es el dueño, a veces por ser el nieto del fundador y este es
el accionista mayoritario junto a otros accionistas no familiares.
En la empresa, los colaboradores lo
ven como el patrón y esto a veces parece algo simple e inocente, sin mucho
efecto. Cuando en realidad afecta mucho el orden estructural de la empresa,
reduce el reclutamiento y retención de los profesionales más hábiles para la
gestión y puede tener un efecto negativo en el desarrollo de los músculos
profesionales del heredero. También un efecto negativo en las finanzas
personales y las de su familia, al no acceder a una buena remuneración, por no
prepararse o por no entender las fuentes económicas de la empresa.
Existen también algunas empresas que
dan la posibilidad de convertirse en accionista minoritario como heredero, esto
genera que se sientan parte y se acostumbren a ver la empresa desde los zapatos
del accionista.
Considero que cuando vemos un negocio como
nuestro, es algo positivo y es un valor muy demandado por los fundadores, la
lealtad, en esa perspectiva, siempre cuidara mucho más algo que es propio, las
intenciones sin duda son muy loables y buscan generar unidad en la familia.
Entendiendo esto y al llevarlo con frialdad al análisis objetivo, creo que
podría generar una combinación interesante entre la tradición y la innovación,
en busca del mejor rendimiento en la carrera profesional del heredero y la
sostenibilidad de la compañía a lo largo del tiempo.
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Salim Salemma
- Salim Salemma
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