El Mcal. López y el Mcal. Estigarribia, juntos son el «dream team».
No en vano, dos principales vías del Paraguay llevan el nombre de los mariscales, la Ruta 1, que une la ciudad de Asunción con Encarnación, lleva el nombre de «Mcal. López», y la Ruta 2, llamada «Mcal. Estigarribia» conecta Asunción con Ciudad del Este. Uno podría estar preguntándose, ¿qué tiene que ver esto con las empresas? Permítanme ampliar algunos pensamientos y compartir una analogía con el legado cultural de dos grandes personajes de nuestra historia y por qué creo que estos dos legados podrían ser un cóctel fabuloso para nuestras empresas.Sin duda, las mayores virtudes culturales que
tenemos como paraguayos son el esfuerzo y sacrificio y más aún, las
mujeres paraguayas. En mi carrera de ventas trabajé con sistemas de
remuneración variables, comisiones, metas, entre otros. Para el profesional que
trabaja de esta manera, es vital un número, una coma, el mínimo detalle en su
cumplimiento significa el cobro del premio. Tuve varias negociaciones para
considerar “el esfuerzo”, directamente del vendedor, otras del gerente de
ventas que media para los que no llegan a la meta numérica, observé esto en
muchas áreas, no solo en ventas. Ejerciendo la profesión de las ventas
operativamente, también toque puertas de alguna oficina, demostrando cuanto me
había esforzado.
Una forma de
asumir puestos de liderazgos, es asumir el compromiso con los resultados, que va más allá de demostrar
nuestro esfuerzo. El concepto de responsabilidad en nuestra cultura, está asociado con llegar a hora y no faltar, concepto con el cual me identifico y estoy muy de acuerdo. Este concepto es quizá
acertado, pero incompleto, el compromiso de lograr resultados también forma parte de asumir la responsabilidad.
Profundicemos
en la historia del Paraguay, que perdió su salida al mar en 1616, antes que
suceda esto, por casi 80 años, el territorio de la “Provincia Gigante de las Indias”
se gobernaba desde su capital, Asunción (1537). Luego de la independencia, en
el año 1811 tuvo un gobierno autoritario y sus fronteras se cerraron por años,
su independencia no fue reconocida hasta el año 1852 por algunos países vecinos.
Luego de 12 años, ocurre la Guerra Grande, donde tres países unieron fuerzas
contra el Paraguay, en ese tiempo nace la figura del máximo héroe nacional, el Mcal.
Francisco Solano López, tanto es así que el día de su muerte (1 de marzo de
1870) se celebra, el Día Nacional de los Héroes. El Mcal. López hizo un
juramento en junio de 1866: “Juro morir con el último de mis soldados en el
campo de batalla”.
Y días antes
de morir dijo “el vencedor no siempre es el que queda con vida en el campo de
batalla, sino el que muere por una causa bella”. Independientemente de que
podamos estar de acuerdo con sus decisiones, es innegable su legado histórico y
cultural. Nosotros los paraguayos amamos el sacrificio, lo valoramos y
respetamos mucho en los demás.
¿Será que la
historia no tiene relación con la cultura laboral en nuestro país? Si
analizamos, las empresas están compuestas por personas, y estas tienen una
cultura y una memoria histórica.
Soy un aficionado
al fútbol, y recuerdo como en la escuela se impulsaba a ese jugador aguerrido,
de mucho sacrificio. En la cancha, los jugadores profesionales más aplaudidos
son aquellos que tienen mucha entrega, sin necesariamente tener buen resultado,
lo importante es el esfuerzo. Sucede igual en
nuestra cultura laboral, nos cuesta ver los resultados de manera objetiva. Tal vez sea porque
nuestro país ha pasado por tiempos extremadamente desfavorables durante siglos
y el recurso del sacrificio nos permitió subsistir y salir adelante.
Este legado
del sacrificio es una gran herencia, el New York Herald expresa: “Cualesquiera
fueran los errores y faltas cometidas por el mariscal López, no puede negarse
que la lucha que sostuvo contra los aliados, fue valiente, audaz… demostró ser
hombre de inmensos recursos y uno de los más grandes soldados de nuestros días”.
Algo similar decía The Times de Londres, donde no niega que López haya hecho
correr mucha sangre, “pero esto únicamente, dice, por la gloria y conservación
de su país”. Probablemente, el Mcal. López representa el heroísmo paraguayo de
muchas personas que se sacrificaron en aquellos tiempos y quizá esta era la única
forma de que nuestro país siga existiendo, cuando no había forma de evitar esa
guerra.
Después del
fin de la Guerra Grande (1870), estalla la Guerra del Chaco con Bolivia. El
Paraguay, aun con cenizas de la Guerra Guasú (90% de la población masculina había
perecido) tenía cerca de 900.000 habs., y Bolivia 3.000.000 habs., inmensa
diferencia en ejércitos y armamentos. Paraguay se preparó por más de 30 años en
términos culturales y surgió un gran despertar patriota a través de las músicas
paraguayas de Emiliano R. Fernández, Patria Querida de los padres franceses del
Colegio San José, entre otros. En ese tiempo, el Cnel. José Félix
Estigarribia asume gran protagonismo en la historia, quien cursó sus
estudios militares en la Escuela Militar del Libertador Bernardo O’Higgins en
Chile. Luego, por su gran desempeño y disciplina, fue seleccionado al curso de estado
mayor, en la Escuela Superior de Guerra en París (Francia).
El Mcal.
Estigarribia, entonces coronel, asume el mando del ejército paraguayo (120.000
soldados) en la guerra, con grandes desventajas frente al ejército boliviano
(250.000 soldados). Aun así, salió victorioso, destacado en su virtud de gran
estratega, puesto que el ejército paraguayo paso de la defensiva a la ofensiva,
haciendo retroceder a los bolivianos. Altos miembros del ejército paraguayo
, más
antiguos que el entonces coronel, aseguraban que había que defender el Chaco
desde el Río Paraguay, estrategia con la que Estigarribia no coincidía. Pero finalmente
su tenacidad en hacer prevalecer su argumento, hizo que ganemos la guerra, fue fundamental
el manejo de la logística, principalmente del agua, los conocimientos de la
guerra, del movimiento y la concentración sorpresiva de fuerzas.
El Mcal.
Estigarribia obtuvo provecho de los oficiales bajo su mando, tomando la
abnegación y bravura del soldado paraguayo (legado del Mcal. López en términos
culturales).
Cuando
hablamos del «dream
team»,
hacemos referencia a una combinación de ambos legados, “el esfuerzo y
sacrificio de los héroes que representa el Mcal. López y la cultura de
resultados que representa el Mcal. Estigarribia”.
Grandes
intelectuales han dado grandes proezas a la patria; también Facundo Machaín, de
gestión negociadora por el territorio paraguayo.
Hoy nos
enfrentamos a un mercado con cultura resultadista, considero que un plus a nuestra
garra guaraní (esfuerzo), podría ser la formación y el foco en los resultados, brindando
grandes ventajas competitivas en el Paraguay, ¿y por qué no?... en el mundo.
Entender que
la memoria histórica de nuestra gente tiene un componente del sacrificio sin mucho
énfasis en el resultado, pero que también existe una parte con grandes
resultados que podemos potenciar. Se trata de sumar, sin dejar de lado, ese esfuerzo
y sacrificio que nos hace únicos, y con esa combinación cultural de lo que
representan en esta analogía nuestros gloriosos mariscales, un cóctel poderoso
que puede brindarnos una “productividad extraordinaria”.
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Salim Salemma
- Salim Salemma
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